viernes, 31 de julio de 2009

¿JAÉN PROVINCIA DE ANDALUCÍA?


¿JAÉN PROVINCIA ANDALUZA?

A principios del siglo XIX, lo que hasta entonces se conocía como Santo Reino de Jaén, empezará a verse seriamente amenazado. Con las ideas revolucionarias y la nueva organización del territorio, diferentes ministros y estadistas comenzarán a dividir las regiones españolas tirando de lápiz y papel, más que de cabeza y razones históricas.
Es así como nos encontramos con las actuales fronteras provinciales en donde hoy las tenemos y es por ello que en la provincia podemos gozar de tal diversidad de aspectos culturales que se asemejan en bien poco a las del resto de Andalucía.


De esta forma, en vez de ser “La novísima Castilla”, se nos englobó en la Andalucía oriental, que no estaría nada mal, si desde Sevilla, los ahora politicastros de turno, no estuvieran tan empeñados en meternos a presión por las partes más estrechas de nuestro cuerpo, los tópicos del andaluz de faralaes, traje de volantes y sevillanas.


En Jaén, como digo, dieron con hueso duro. Tenemos una parte, la de la serranía de Cazorla, Segura y Las Villas con juegos típicos, como los “bolos serranos”, más usuales de otras latitudes más al norte de España, como la cornisa cantábrica o Navarra. Tenemos que el traje típico de Jaén no es el vestido de “sevillana”, sino el más aragonés o manchego de “chirri” para él y de “pastira” para ella (véase el ejemplo en la imagen). Además el cante tradicional es la jota jaenera, y no la sevillana tan cacareada por los altavoces de las ferias y fiestas.


El habla de algunos pueblos es muy interesante, pues lejos de tener el acento muy marcado, a lo andaluz característico, se asemeja más por el uso de los diminutivos -ico, -ica, a otras zonas más propias de Aragón. No hay que olvidar que durante la Reconquista se asentaron muchas gentes de esas latitudes españolas en estas tierras, y que pese a todo, en núcleos rurales donde no ha habido mucho intercambio cultural, esas desinencias fonéticas y formas de hablar, han permanecido intactas y sin contaminación durante mucho tiempo. Hoy, con el mal de al televisión en cada uno de los hogares, se está transformando todo perdiéndose gran parte de ese legado.


Pero como decía al principio, ¿Jaén parte de Andalucía? Me temo que no. De espíritu seguro que no, aunque políticamente estemos inmersos desde el siglo XIX en este despropósito de mapa rpovincial y luego autonómico, lo más lógico es que hubiésemos formado parte de la Mancha o incluso de Murcia, antes que de la Sevilla y la Córdoba califales.
No me entiendan mal los sevillanos o cordobeses, pues a ellos les toca el atesorar y mantener intacto su legado y tradición, pero también les es de obligado cumplimiento el intentar que no prostituyan su pasado haciendo pasar por cordobés a quine nunca lo fue, ni obligando a ser sevillano a quien nunca pisó esa maravillosa tierra.

sábado, 25 de julio de 2009

¡¡¡Santiago y cierra España!!!



¡¡SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA!!

Hace ya varios años, algunos “progres” muy ensotanadas ellos, pedían que: “Ya era hora de que Santiago bajase del caballo
No sé yo que les ha hecho el pobre caballo de Santiago a estos serviles humanos que tanta inquina le profesan, pues lo cierto es que si Santiago va a caballo, malo para Santiago, y si Santiago se baja del caballo, malo para Santiago; en fin, digamos que esos comentarios no dejan de ser unas auténticas burradas.


Lo cierto es que Santiago es el Patrón de las Españas, y eso, parece que duele mucho a muchos. El que Santiago sea símbolo de la unidad de algo que se quiere que se desuna, suele ser doloroso para muchos.


Insertar refranes en los textos suele ser nefasto, ya nos lo advertía nuestro genial Cervantes, pero en este caso viene que ni al pelo. “mal de muchos, consuelo de tontos” dice el aforismo popular. Pues en el caso que nos ocupa, diremos sin temor, que si el mal es que Santiago siga siendo Patrón de España, y eso escuece a muchos, venga el consuelo de la tontura por donde quiera y quédese para siempre, para que el Apóstol nos proteja por los siglos presentes y venideros y las escoceduras se materialicen en las entrepiernas de los detractores apostólicos.

¡Santiago y cierra España! Era el grito de los bravos que luchaban por la Fe y contra la morisma usurpadora de nuestra Patria. Santiago, vencedor de Clavijo y España, tierra a reconquistar por los caballeros castellanos, aragoneses, cántabros y demás tierras libres. Después de duros combates, en 1492, los Reyes Católicos vieron hecho el sueño realidad.


Hoy, para desgracia de los que vivimos en esta ignominiosa época, el grito debería ser ¡Santiago y abre España!, para que puedan salir unos cuantos de los que a fuerza de patera, nos han colado por el Estrecho y por los Pirineos nuestros des-gobernantes.


Pero dejémonos de murgas. Hoy es un día grande para la Tradición. Aquellos que así lo sientan tendrán en su corazón el orgullo de saberse detentadores de ese legado histórico al que tanto le debemos. Los que no lo sientan así, que se preparen, pues ellos recibirán doble ración de estoque, una de las gumías de los que nos quieren volver a invadir, y otra de las espadas toledanas de los que aquí estamos en la defensa de nuestros principios y tradiciones.

¡¡¡VIVA SANTIAGO APÓSTOL!!!
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

miércoles, 15 de julio de 2009






EL GENRAL GÓMEZ Y EL TOISÓN ORO

Hablábamos el otro día, del título de "I Marqués de Orbaiceta" que recibió el General D. Miguel Gómez Damas de manos del Rey Carlos V durante la I Guerra Carlista.

Lo que desconocíamos es que también hubiese recibido el Toisón de Oro, dignidad esta que se ha escapado a los biógrafos del general oriundo de Torredonjimeno.

El Toisón.

La Insigne "Orden del Toisón de Oro" nació en el Ducado de Borgoña, de la mano de Felipe el Bueno. Durante la Edad Media, Borgoña fue la sede de algunos de los más importantes monasterios, entre ellos Cluny, Citeaux y Vézelay, que le dieron fama y renombre; pero sería bajo el gobierno de Felipe el Bueno cuando Borgoña alcanzaría tal prestigio que enseguida alcanzó fama por todo el Occidente europeo. Fue en la corte flamenco-borgoñona donde el ceremonial y la etiqueta palatina alcanzaron una perfección insuperable, y de allí se transmitió -por medio de la Corona española- a todas las cortes europeas. Los Duques de Borgoña, durante aquella turbulenta centuria de transición del Medioevo a la Modernidad, gozaban de un poder político creciente, y supieron formar, a partir de un territorio pequeño, un gran Estado, justamente famoso por su unidad política en la diversidad institucional. La desgraciada muerte del Duque Carlos el Temerario en 1477 frustró el naciente reino entre Francia y el Imperio, y Borgoña sucumbió bajo la acometida de Luis XI de Francia -quien argumentó esta acción en la rebeldía y traición de Carlos, al fin y al cabo vasallo suyo

El protocolo y etiqueta borgoñones llegan a la Corona española, por el matrimonio del archiduque Felipe el Hermoso, Duque de Borgoña -el nieto de Carlos el Temerario- con la Infanta Doña Juana de Castilla y de Aragón. A partir de ese momento, España revitalizará los modos cortesanos y promocionará la "Orden del Toisón". Aunque Su Majestad Carlos I llegó a celebrar capítulo de la Orden en Barcelona, será con su hijo Felipe II cuando la "Orden del Toisón" se revitalice y se traslade toda la pompa boato y categoría a Madrid, pasando los Países Bajos a un segundo plano.

La "Orden del Toisón de Oro" por sus estatutos de 1433 establece que el maestrazgo de la misma queda vinculado a la familia de Borgoña y no al ducado. Por ello, la duquesa Maria I de Borgoña pudo ser desposeída de su ducado por Luis XI de Francia a causa de la ley sálica pero no del maestrazgo de la orden familiar-dinástica que pasó a la casa de Austria. Más tarde, al morir Carlos II de España, el conde de Barcelona Felipe IV (V de Castilla) y el emperador Carlos VI (Carlos III, conde de Barcelona) se disputaron la jefatura de la Orden que les venia a ambos por línea femenina. A causa de ello ambas familias concedieron el Toisón produciéndose una bicefalia. Porque ser rey de España no garantizaba el derecho sobre la orden.


Finalmente en 1833 se produjo una tricefalia. Carlos V era legitimo rey de las Españas pero recordemos a Maria I de Borgoña que retuvo el maestrazgo de la Orden. Así, ¿quién es el decimoséptimo Gran Maestre de la Orden?.

Leamos Las Órdenes y Condecoraciones civiles del reino de España de Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila y Fernando García-Mercadal y García-Loygorri (Centro de Estudios políticos y constitucionales) para exponer el problema.

En 1833 se produjo la primera agresión grave a los estatutos cuando sucedió al trono la niña doña Isabel II sin nombrarse soberano de la Orden a un Infante varón, (por ejemplo Carlos V). Tampoco se verificó en 1846 cuando Isabel II se casó con su primo el Rey don Francisco de Asis. E incluso algún gobierno liberal se atrevió a tachar de las nóminas al depuesto Rey Carlos X de Francia y a otros príncipes y nobles legitimistas. Poco más tarde Isabel II con gran ligereza otorga el Real Decreto de 26 de junio de 1847 que declaraba ya de un modo claro y ocntundente la doble condición dinástica y estatal de la centenaria Orden, sujeta a la intervención del Consejo de Ministros y susceptible de ser concedida libremente, sin atender a los requisitos de sangre y catolicidad. Desvirtuando así los valores iniciales para los que fue concedida la Orden.

Y así, desde 1851 el Toisón ha sido concedido a no nobles (el ministro francés Guizot), no católicos (el Sultán Abdul Aziz) y concederlo ha sido potestad del Estado. Por ello el duque de la Torre y don Amadeo I pudieron concederlo y Alfonso XII lo reconoció al ser coronado. En 1931 la II República canceló el carácter estatal de la Orden hasta que el gobierno de Francisco Franco restableció todo lo destruido por al República.

Por lo tanto, cuando Jaime-Enrique VI de Francia, padre del duque de Cádiz pretendió ser el Gran Maestre de la Orden y lo concedió a Bormah, Lovell y Anders, astronautas estadounidenses en 1969 y al generalísimo Franco en 1972 no sabia que para poder concederlos debía tener la aprobación del gobierno español. Lo mismo con Juan IV, conde de Barcelona al que posteriormente el gobierno español, ya bajo la batuta de su hijo Juan Carlos I reconoció. No así los de don Jaime-Enrique que son faltos de validez.

En resumen, la Orden ha pasado por muchos avatares y a sido pervertida por los gobiernos liberales y esta en una situación lamentable por lo que no puede decirse a quien le pertenencía. Actualmente se considera que es Isabel II por la sencilla razón de ser la antepasada del actual rey de España. Sin duda la avalaban los estatutos de 1433 por ser heredera del ultimo Gran Maestro.

No quedan diplomas ni documentos oficiales por lo que no se pueden dar datos precisos. Además, existen ciertas irregularidades en la Orden carlista del "Toisón de Oro". Por ejemplo Carlos VI fue soberano de la orden desde 1845 sin ser caballero de la misma hasta 1850.

Juan III, Jaime III, Alfonso Carlos I, Blanca I y Carlos VIII no nombraron nuevos caballeros.

Reproducimos a continuación el listado de Caballeros del Toisón de Oro, otorgados por los reyes carlistas:

CABALLEROS DEL TOISÓN DE ORO

Nombrados por los reyes carlistas

Carlos V, Soberano Gran Maestre de la Orden desde el 1 de octubre de 1833
c. 1836

D. Joaquín Abarca y Blaque, obispo de León (1781-1844)

D. Manuel Maria de Medina Cabañas y Verdes Montenegro, 1º conde de Casa Medina (1773-1856)
c. 1838
D. Miguel Gómez y Damas, 1º marqués de Orbaiceta (1796-1849)

Carlos VI, Soberano Gran Maestre desde el 18 de mayo de 1845
c. 1850

Alfonso de Borbón y Austria-Este, duque de San Jaime
Carlos VI de España, conde de Barcelona

Carlos VII, Soberano Gran Maestre desde el 3 de octubre de 1868
c. 1870

D. Ramón Cabrera y Griño, 1º conde de Morella, 1º marqués del Ter y 1º duque del Maestrazgo (1806-1877)
c. 1875
D. Hermenegildo Díaz de Ceballos, 1º conde del Vinculo y 1º marques de Ceballos (1814-1891)

D. Joaquín de Elío y Ezpeleta, 1º marques de la Lealtad, 1º vizconde de Casa Elio y Ezpeleta y 1º duque de Elío (1806-1876)

D. Pedro Caro y Álvarez de Toledo, 5º marqués de la Romana y 1º conde de la Real Estimación (1827-1890)

Don Jaime de Borbón y Borbón-Parma, príncipe de Girona, duque de Montblanc, conde de Cervera y señor de Balaguer.
c. 1895
D. Enrique de Aguilera y Gamboa, 17º marques de Cerralbo, 11º conde de la Alcudia, Grande, etc (1845-1922)
c. 1900
D. Tirso de Olazábal y Arreláez Landizábal, 1º conde de Arbeláez y de Oria (1842-1924)


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domingo, 12 de julio de 2009

ASÍ ERAN LOS SOLDADOS CARLISTAS EN LA III GUERRA






Durante la III Guerra Carlista, los hombres que integraban las fuerzas de Carlos VII tuvieron vivas ocasiones de demostrar al mundo su valía y bravura. Hay que recordar que las fuerzas que lo integraban eran en su mayoría hombres del campo. Sencillas gentes de pueblo que luchaban por su legítimo rey, por los fueros y por la religión. Los republicanos, al contrario, luchaban por consolidarse en el poder, cometiendo mil y un abusos.
El corresponsal del diario británico The Evening Standard, Mac-Graham, “experto en temas militares, ya que había sido oficial de caballería en la Guardia Real Inglesa” visita nuestro país para servir de testigo y retrasmitir crónicas puntuales y verídicas sobre el acontecer bélico que se vislumbraba en España. Mac-Graham, visitó varios escenarios en primera persona, y tuvo la oportunidad de departir con combatientes y soldados de ambos bandos.
Esto que reproducimos es la impresión que al corresponsal inglés le causaron los soldados carlistas que combatieron en aquellas jornadas:
El ejército carlista es bueno, con inmejorables soldados, pero que deben alcanzar mayor grado de instrucción, trabajar duro y curtirse con las armas. Para ello, bajo las órdenes y cuidado de sus oficiales, estos voluntarios podrán adquirir un aspecto y disciplina de perfectos soldados en el corto plazo de tres meses, máxime cuando empiezan a llegar oficiales jóvenes, procedentes del Ejército republicano, que desean servir bajo la bandera de D. Carlos. Los soldados carlitas son hombres duros, resistentes, decididos, de constitución física más robusta que los soldados de infantería inglesa, y también superior a la de nuestros Highlanders, y son el tipo de hombres que van a donde se les mande, sin rechistar ni presentar objeciones
Con la bayoneta son iguales o mejores soldados que cualquier ejército del mundo. Yo, que los he visto en acción, y recojo la opinión de otros periodistas, reconozco que son impetuosos y testarudos. Tienen fama de echar mano rápida al acero, cuando, durante la batalla, hay oportunidad de lucha cuerpo a cuerpo, arrollando al enemigo, saltando sus trincheras, con todo ímpetu, llegando a convertirse en veteranos en poco tiempo de campaña”.

Un Corresponsal en España. 50 Crónicas de la Tercera Guerra Carlista
Enrique Roldán González
ACTAS s.l. Colección Luis Hernando de Larramendi, 2009. (p.107).

Libro que por supuesto recomiendo encarecidamente a todos aquellos que posean un espíritu tradicionalista, y que deseen que éste título entre a formar parte de su biblioteca “carlista” imprescindible.

viernes, 10 de julio de 2009

¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?


¿DEBERÁN ENMUDECER LAS CAPANAS DE LA CATEDRAL?

Un vecino de Jaén, -animado por algunos que odian a la Iglesia según otros- se ha empeñado en enmudecer el sonido de las campanas de la Catedral de Jaén.

El motivo alegado es el ruido que estas antañonas piezas de bronce hacen al sonar en sus repiques matinales. Le molestará mucho que los fieles vayan a misa, digo yo. Seguro que si de una mezquita con altavoces se tratase, este sujeto no diría ni “mu”, pero claro, la intolerancia religiosa la pagan estos laicos con los que ya sabemos, con los fáciles y sumisos católicos.

Los mítines y las ambulancias corren de día en día por la Plaza de Santa María, frente al Ayuntamiento y como no frente a la Catedral de Jaén. Pero a este vecino sólo le duelen los oídos cuando suenan las santas campanas.

Algunos maliciosos han creído ver en la demanda de este señor sólo un afán de dinero o notoriedad, otros, como decía más arriba, que era un conejillo de indias enviado por otros más listos que lo que odian es a la Iglesia, y la mejor forma de hacerle daño a la Iglesia es meterse con lo que ésta significa, atacar sus símbolos y a sus fieles, calumniar los ministros que la integran o caricaturizar al Papa de Roma, eso les vuelve locos a estos progres amigos de la paz.

Las campanas de la Catedral van a enmudecer si no se hace algo. Yo propondría cerrar los Ayuntamientos de nuestros pueblos y ciudades, pues en ellos hay mucho ruido. Yo propondría cerrar los hospitales y estaciones de bomberos, que el ruido de las sirenas de las ambulancias es espantoso. Los aeropuertos son una fatalidad, y total, para que se monten en aviones los progres, pues a cerrarlos, que hay mucho ruido por ahí suelto.

Los coches debe ir de uno en uno, y espaciados cada media hora uno de otro, pues dos juntos hacen ruido, y eso molesta a algunos señorones campanófobos. A fabricar letreros de “Silencio por favor” que de lo contrario este sujeto no dormirá a pierna suelta los domingos y fiestas de guardar. Abajo el ruido. Y las guerras, como las de Gila, por teléfono y en bajito, que el ruido es motivo de querellas y denuncias.
Si es que el cabildo catedralico es malo de solemnidad. ¡Mira que poner una catedral tan grande y bonita al lado de la casa de este señor!. Lo hacen para hacerle daño, para fastidiar, que ya nos conocemos y sabemos como son los curas de malos. Un día cogieron un par de piedras y antes de que este señor pudiera defenderse ¡zas! ya le habían plantado una catdral junto a su piso nuevo, y no contentos con ello, van y ponen campanas a las torres. ¡Qué desfachatez, con el ruido que eso hace!

¿Dije ruido? Perdón, quise decir campanas de Iglesias católicas, lo demás es tolerable
y no importa.