martes, 18 de agosto de 2009

SANTA ELENA Y EL "MUSEO DE LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA"



EL “MUSEO DE LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA


En un reciente viaje a la que antes era llamada Villa y Corte, hoy..., -no lo quiero reproducir para no herir la sensibilidad de los lectores- tuve que atravesar, como no podía ser de otra forma, el desfiladero de Despeñaperros, en plena Sierra Morena.


Ese angosto paso que comunica la generosa y verde Jaén, con la meseta Manchega, tan aplanada, llena de vides y trigo maduro, se ha convertido en la actualidad en un infierno de máquinas excavadoras y bloques de hormigón que amenazan con caerse sobre la cabeza del más pintado. Ahora hay que pasar por ese paso estrecho paso con extrema precaución, no vaya uno a chocar con una valla o con una señal de “¡Disculpen las molestias, trabajamos para usted!”, que algún “lumbreras” de Fomento se inventó en su día para hacernos creer a los contribuyentes, que todo ese tinglado es cosa nuestra.


Pues en esas me hallaba cuando a la altura de la localidad de Santa Elena, un letrero me comunica que se ha establecido el “Museo de la Batalla de las Navas de Tolosa”. Uno que no puede por menos que sentirse heredero de la gesta que nuestros ancestros hicieran para recuperar las tierras que los “moros” nos habían usurpado en el 711, pues dio un giro al volante y se encaminó al “museo” para solaz y descanso de tanta obra.


La primera sorpresa se la lleva el viajero cuando accede por la carretera al que parece ser el centro de interpretación en cuestión. Un edificio de nueva factura, con aires de terminal de aeropuerto de pequeñas proporciones y un impacto poco apetecible. Rompo las primeras reticencias, y me prometo ser indulgente y nada prejuicioso, pues sabiendo que dicho “museo” se ha construido en la era socialista, la más antiespañola que ha existido nunca, me huelo lo peor, pero no quiero adelantar conjeturas y me refreno en mis malos augurios.


Ala acceder se nota que todavía le faltan algunos elementos a las estancias, tales como libros o catálogos, pero los guías son amables hasta más no poder, -pues es su nuevo empleo de funcionario en esta España de paro y desempleo y eso se agradece- me indican las salas a seguir y el itinerario preparado “por los técnicos” para disfrute de los turistas.


Después de leer la información que aparece en algunas banderolas, observo que todo está desangelado y muy falto de interés. Algunas reproducciones de las armas de los caballeros y moros que combatieron y un video en el que una voz en off, explica al visitante como Alfonso VIII “fue un rencoroso” que como había perdido antes unas batallas y tierras ante los “pacíficos musulmanes” pues la emprendió contra ellos en ese paraje. ¡Casi ná, diría el castizo!, La primera en la frente. En otra sala otro video donde explican..., “lo bueno de las tres culturas y el mestizaje”, lo mucho que le debemos a nuestros “hermanos los musulmanes” gracias a su permanencia en España, y lo mucho que perdimos cuando los expulsamos por esa casta de reyes “fatales” que tuvimos. (Debo informar que ese segundo video no lo contemplé hasta su terminación. Me pareció de mal gusto perder mi tiempo con semejante paparruchada política). Una torre mirador donde con unos prismáticos podemos contemplar “la mesa del Rey” y san se acabó el “adoctrinatorio socialista para la interpretación histórico-marxista de la Batalla de las Navas” el cual es visaitado en apenas 20 minutos, (derroche de mi tiempo, he de decir). A apenas dos años y medio de tan importante efemérides como significó “para el Mundo entero conocido” esa gesta de las Navas de Tolosa, viene ahora estos “lamebolis” y te plantan un adefesio como ese.


Espero no obstante que algunos jaeneros de verdad, para esas fechas, sean capaces de dignificar ese evento con sentidas muestras y hechos, no con ese bodrio de..., como quiera que se le pueda llamar a eso que hay en Santa Elena.

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