DIARIO "EL PUEBLO CATÓLICO" DE JAÉN. NOTICIA DEL MIÉRCOLES CINCO DE FEBRERO DE 1919.
En el ya extinto y desaparecido “El Pueblo Católico”, de la capital jaenera, podíamos leer en una de sus columnas la siguiente noticia:
“LOS ODIOS SOCIALISTAS. Los obreros se acogen al centro católico.
En la casa del Pueblo se rechaza a los obreros necesitados.
En el Centro Católico Obrero de la calle de San Bernardo, número 1, de Madrid, se presentó días atrás, un grupo de unos 200 obreros, algunos pertenecientes a la Casa del Pueblo, en solicitud de que les fuesen firmados los volantes para que la Dirección de Obras Públicas les facilitase trabajo; pues siendo indispensable este requisito la Casa del Pueblo se negaba a firmar los volantes porque dichos obreros, unos se habían atrasado en el pago de sus cuotas, y otros no pertenecían a dicha entidad.
En el ya extinto y desaparecido “El Pueblo Católico”, de la capital jaenera, podíamos leer en una de sus columnas la siguiente noticia:
“LOS ODIOS SOCIALISTAS. Los obreros se acogen al centro católico.
En la casa del Pueblo se rechaza a los obreros necesitados.
En el Centro Católico Obrero de la calle de San Bernardo, número 1, de Madrid, se presentó días atrás, un grupo de unos 200 obreros, algunos pertenecientes a la Casa del Pueblo, en solicitud de que les fuesen firmados los volantes para que la Dirección de Obras Públicas les facilitase trabajo; pues siendo indispensable este requisito la Casa del Pueblo se negaba a firmar los volantes porque dichos obreros, unos se habían atrasado en el pago de sus cuotas, y otros no pertenecían a dicha entidad.
Los obreros católicos recibieron a sus compañeros fraternalmente tras de firmar todos los volantes que necesitaban, les ofrecieron su ayuda desinteresadamente.
Esta hermosa actitud de los obreros católicos emocionó hondamente a los solicitantes, algunos de los cuales lloraban al mostrar su agradecimiento por la generosidad con que se les había atendido.
El secretario del centro expuso a los visitantes la necesidad de la unión de todos los obreros y les hizo ver la diferencia entre los sindicalistas católicos, que consideran como hermanos a cuantos trabajan, y la conducta de los socialistas, que no siguen la doctrina de la Iglesia.
Desfilaron por el Centro Católico más de un centenar de obreros a que firmaran sus volantes.
El hecho es tan elocuente que no necesita comentarios.
En la Casa del Pueblo, los obreros que no disponen de numerario, para pagar las cuotas se les niega el derecho al trabajo y aún a la vida. Lo capital no es que le obrero tenga trabajo, y con él pan para sus hijos, lo esencial es que pague las cuotas de la Casa del Pueblo. Los redentores de esta institución opinan que lo más sagrado es la gabela de donde sacar fondos, para sostener huelgas inoportunas, perjudiciales, ilícitas o para hacer movimientos descabellados como el de agosto de 1917, o para que haya quien pueda vivir y medrar, no con un oficio o profesión, sino con ser primate socialista. No estar bajo el obrero y el hambre de las familias obreras. Para los explotadores de la Casa del Pueblo, son cosas secundarias...
Entiéndalo bien el proletariado español, y no olvide la ideología, la sentimentalidad y la conducta diametralmente opuesta en las Asociaciones obreras católicas, si el hecho que comentamos no es harto elocuente. Para los obreros católicos, todo operario sin trabajo y sin pan, proceda de donde proceda, es un hermano la que primero que todo hay que colocar y proporcionar remedio para el hambre de los suyos. "
En el siglo XXI, en Jaén y en el resto de España, aún sigue pasando lo mismo. Con el régimen socialista, antes que nada es imprescindible un carné político más grande que la tienda de Fornieles, y luego, a presentarse a unas oposiciones, a saludar a los amigos del partido de turno y a besar manos, espaldas y lo que sigue más abajo, por delante y por detrás.
Mientras tanto, los sindicatos, muy defensores ellos de los trabajadores, -seguro que sí-, pues a lo suyo, que es mirar para otro lado y poner el cazo por el mismo lado de siempre, no vayamos a innovar ahora nuevas posturas y se pierda un euro con ello, que estamos en crisis y todo céntimo es bien venido a los bolsillos de nuestros defensores sindicalistas. Y es que está visto que el paro y el desempleo no es cosa de ellos, pues según sus estadísticas, afiliados a sus respectivas “sectas” no ha habido bajas de notoriedad, y de todos los desempleados del momento, y ya vamos seguro que por cinco millones, ninguno estaba afiliado a sus siglas, casualidades de la vida, así que venga, a por el tranvía y a por los benéficos que ello les reportará a algunos. Y mientras tanto al resto de jaeneros, que nos vallan dando por donde más nos duela.
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