EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO Y LA COFRADÍA DE SAN LUIS DE LOS CABALLEROS.
Existía en Jaén hace tiempo un convento dedicado a San Francisco. De ese monasterio sólo nos queda en la actualidad el nombre que se le da al Mercado de Jaén, y a un aparcamiento público que existe bajo los suelos de dicho mercado.
José Chamorro Lozano, que copia al pie de la letra la noticia que nos transmite el ilustrado Madoz, en su “Guía Artística y Monumental de Jaén”, lo describía de esta manera: “Este hermoso templo fue palacio del rey San Fernando, edificado para su habitación después de la conquista de esta ciudad; más tarde fue donado por don Pedro el Cruel, en 1354, a los claustrales de San Francisco, correspondiéndose en la donación el palacio su capilla, huerta de árboles y el agua que le pertenecía de las minas de la casa de los condes de Villar Don Pardo. Dicho convento lo transfirieron los claustrales en 1524, por orden superior, a los observantes, que habitaron en él hasta su extinción en la provincia con el titulo de Casa Grande. En 1867, se llevó a cabo la demolición del templo, que, además de su esbelta y sólida fábrica, era depositario de piadosas memorias, sepulcro de nobles familias y de los ilustres caballeros que ganaron de los moros la ciudad, combatiendo bajo el estandarte de San Fernando”. (Op. Cit. pp 88-89)
Al parecer no han cambiado mucho las costumbres de los españoles. Seguimos teniendo la misma manía de derribar hermosos edificios antiguos para reutilizar su solar levantando adefesios modernos. Los pingües beneficios que esta práctica conlleva, son aprovechados por los políticos de turno que engordan así sus cuentas “nada corrientes”.
Según Madoz, el edificio era: “Vasto y de buen construcción, con un patio magnífico cercado por un claustro que sostenía veinte columnas de piedra, en una pieza, de orden dórico. En su centro se elevaba una fuente que derramaba un copiosísimo raudal de agua excelente [...] La iglesia era un paralelogramo rectángulo, cubierto por una bóveda de cañón seguido; tenía a la derecha de la entrada una capilla adjunta, grande y de buena construcción, rectangular cubierta por dos bóvedas esféricas, que se llamó de la Soledad y otra capilla llamada de San Luis de los Caballeros, que fue la del palacio del rey don Fernando y doña Beatriz, su esposa, y que comunicaba también con la iglesia”. (“Diccionario Geográfico-Histórico-Estadístico”, Pascual Madoz. p. 160)
Destacamos en negrita la “Capilla de San Luis de los Caballeros", ya que de esta fundación, el arriba citado José Chamorro, nos dice: “Es un bello capítulo de nuestra historia la capilla real del mencionado convento y su gran evocación hace que nos detengamos en ella. Se encontraba adosada a la nave de la Epístola del templo y tenía a sus espaldas la plaza del Pósito. Parece que fue erigida por Fernando III con advertencia -en carta de Pedro I- de que esa capilla no podría destruirse nunca... En el primer tercio del siglo XV, los señores don Gonzalo de Zúñiga, obispo de Jaén, y don Luis de Guzmán, maestre de Calatrava, fundaron allí la Cofradía de San Luis de los Caballeros, dándole este nuevo nombre a la capilla. Tenía por objeto tal hermandad religiosa, recoger y enterrar allí los cuerpos de los caballeros que muriesen en las guerras con los moros fronterizos del Reino de Granada. En el altar de la capilla aparecía una pintura con un crucifijo en el centro y también, pintados a sus pies, la Virgen María, San Juan Evangelista y Santa Catalina mártir, patrona de Jaén, y arrodillados, a uno y otro lado, el rey y la reina”. (Op. Cit. p. 89) -La negrita es nuestra-
Llegamos ya a donde este servidor de ustedes quería llegar y resaltarlo. Sigamos las letras de José Chamorro para concretar este esbozo de la mencionada capilla de San Luis de los Caballeros para hacernos una idea: “Es de destacar que en la capilla había once estandartes con armas reales de moros, treinta y cinco estandartes de caudillos árabes y muchas otras, a los moros ganadas; ropitas de niños alanceados en las entradas que los moros hicieron en Jaén, espadas, estandartes cristianos, en el pendón de la Cofradía –transferido después a los herederos de don Alonso Coello- y un libro de muchas hojas para inscribir los nombres de los caballeros que allí tuvieran sepultura”. (Op. Cit. p. 91) –La negrita es nuestra.
¿Qué dirán los apologetas de las tres culturas sobre el detalle de la ropita de niños alanceados por la morisma? ¿Dirán que es fruto de la intolerancia cristiana? ¿Que es mentira? No. Simplemente tratarán de evitar mencionar este tema, de esta forma, manteniendo en la ignorancia al personal, la historia-política-ficción, será servida para los cerebros de los poco avisados, llenando de confusión y de ignorancia sus breves compendios culturales.
En Granada existe un interesante manuscrito donde se describen minuciosamente las grandezas y fundaciones de este –desaparecido- convento de San Francisco. Y entre otras cosas y según el autor que seguimos: “figura la mención de que estuvieron los infantes don Pedro y don Juan de Castilla, muertos a manos de los moros en la vega de Granada, y que el convento participa del blasón del cardenal Cisneros”. (Íbidem, p. 91)
Se conserva no obstante el pendón de la Cofradía de San Luis de los Caballeros, así como la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración, hoy en la parroquia de San Bartolomé. Reliquias venerables de nuestro pasado.
Sólo por el glorioso recuerdo del Santo Rey Fernando, por la memoria noble de los fundadores de la Cofradía de San Luis de los Caballeros -el Obispo Zúñiga y el Maestre calatravo Guzmán- merecería la pena que el recuerdo de este edificio nunca se olvide, aunque el pico y la pala de los liberales del siglo XIX arrasara con el edificio y las tumbas de aquellos héroes que reconquistaron Jaén. Puede decirse que, en efecto, en este suelo sagrado se alzó el Heroon de nuestra gloriosa Reconquista.
BIBLIOGRAFÍA:
-Madoz, P. “Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico”
-Chamorro Lozano, J. “Guía artística y monumental de Jaén”
-Foto: www.arrakis.es
Existía en Jaén hace tiempo un convento dedicado a San Francisco. De ese monasterio sólo nos queda en la actualidad el nombre que se le da al Mercado de Jaén, y a un aparcamiento público que existe bajo los suelos de dicho mercado.
José Chamorro Lozano, que copia al pie de la letra la noticia que nos transmite el ilustrado Madoz, en su “Guía Artística y Monumental de Jaén”, lo describía de esta manera: “Este hermoso templo fue palacio del rey San Fernando, edificado para su habitación después de la conquista de esta ciudad; más tarde fue donado por don Pedro el Cruel, en 1354, a los claustrales de San Francisco, correspondiéndose en la donación el palacio su capilla, huerta de árboles y el agua que le pertenecía de las minas de la casa de los condes de Villar Don Pardo. Dicho convento lo transfirieron los claustrales en 1524, por orden superior, a los observantes, que habitaron en él hasta su extinción en la provincia con el titulo de Casa Grande. En 1867, se llevó a cabo la demolición del templo, que, además de su esbelta y sólida fábrica, era depositario de piadosas memorias, sepulcro de nobles familias y de los ilustres caballeros que ganaron de los moros la ciudad, combatiendo bajo el estandarte de San Fernando”. (Op. Cit. pp 88-89)
Al parecer no han cambiado mucho las costumbres de los españoles. Seguimos teniendo la misma manía de derribar hermosos edificios antiguos para reutilizar su solar levantando adefesios modernos. Los pingües beneficios que esta práctica conlleva, son aprovechados por los políticos de turno que engordan así sus cuentas “nada corrientes”.
Según Madoz, el edificio era: “Vasto y de buen construcción, con un patio magnífico cercado por un claustro que sostenía veinte columnas de piedra, en una pieza, de orden dórico. En su centro se elevaba una fuente que derramaba un copiosísimo raudal de agua excelente [...] La iglesia era un paralelogramo rectángulo, cubierto por una bóveda de cañón seguido; tenía a la derecha de la entrada una capilla adjunta, grande y de buena construcción, rectangular cubierta por dos bóvedas esféricas, que se llamó de la Soledad y otra capilla llamada de San Luis de los Caballeros, que fue la del palacio del rey don Fernando y doña Beatriz, su esposa, y que comunicaba también con la iglesia”. (“Diccionario Geográfico-Histórico-Estadístico”, Pascual Madoz. p. 160)
Destacamos en negrita la “Capilla de San Luis de los Caballeros", ya que de esta fundación, el arriba citado José Chamorro, nos dice: “Es un bello capítulo de nuestra historia la capilla real del mencionado convento y su gran evocación hace que nos detengamos en ella. Se encontraba adosada a la nave de la Epístola del templo y tenía a sus espaldas la plaza del Pósito. Parece que fue erigida por Fernando III con advertencia -en carta de Pedro I- de que esa capilla no podría destruirse nunca... En el primer tercio del siglo XV, los señores don Gonzalo de Zúñiga, obispo de Jaén, y don Luis de Guzmán, maestre de Calatrava, fundaron allí la Cofradía de San Luis de los Caballeros, dándole este nuevo nombre a la capilla. Tenía por objeto tal hermandad religiosa, recoger y enterrar allí los cuerpos de los caballeros que muriesen en las guerras con los moros fronterizos del Reino de Granada. En el altar de la capilla aparecía una pintura con un crucifijo en el centro y también, pintados a sus pies, la Virgen María, San Juan Evangelista y Santa Catalina mártir, patrona de Jaén, y arrodillados, a uno y otro lado, el rey y la reina”. (Op. Cit. p. 89) -La negrita es nuestra-
Llegamos ya a donde este servidor de ustedes quería llegar y resaltarlo. Sigamos las letras de José Chamorro para concretar este esbozo de la mencionada capilla de San Luis de los Caballeros para hacernos una idea: “Es de destacar que en la capilla había once estandartes con armas reales de moros, treinta y cinco estandartes de caudillos árabes y muchas otras, a los moros ganadas; ropitas de niños alanceados en las entradas que los moros hicieron en Jaén, espadas, estandartes cristianos, en el pendón de la Cofradía –transferido después a los herederos de don Alonso Coello- y un libro de muchas hojas para inscribir los nombres de los caballeros que allí tuvieran sepultura”. (Op. Cit. p. 91) –La negrita es nuestra.
¿Qué dirán los apologetas de las tres culturas sobre el detalle de la ropita de niños alanceados por la morisma? ¿Dirán que es fruto de la intolerancia cristiana? ¿Que es mentira? No. Simplemente tratarán de evitar mencionar este tema, de esta forma, manteniendo en la ignorancia al personal, la historia-política-ficción, será servida para los cerebros de los poco avisados, llenando de confusión y de ignorancia sus breves compendios culturales.
En Granada existe un interesante manuscrito donde se describen minuciosamente las grandezas y fundaciones de este –desaparecido- convento de San Francisco. Y entre otras cosas y según el autor que seguimos: “figura la mención de que estuvieron los infantes don Pedro y don Juan de Castilla, muertos a manos de los moros en la vega de Granada, y que el convento participa del blasón del cardenal Cisneros”. (Íbidem, p. 91)
Se conserva no obstante el pendón de la Cofradía de San Luis de los Caballeros, así como la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración, hoy en la parroquia de San Bartolomé. Reliquias venerables de nuestro pasado.
Sólo por el glorioso recuerdo del Santo Rey Fernando, por la memoria noble de los fundadores de la Cofradía de San Luis de los Caballeros -el Obispo Zúñiga y el Maestre calatravo Guzmán- merecería la pena que el recuerdo de este edificio nunca se olvide, aunque el pico y la pala de los liberales del siglo XIX arrasara con el edificio y las tumbas de aquellos héroes que reconquistaron Jaén. Puede decirse que, en efecto, en este suelo sagrado se alzó el Heroon de nuestra gloriosa Reconquista.
BIBLIOGRAFÍA:
-Madoz, P. “Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico”
-Chamorro Lozano, J. “Guía artística y monumental de Jaén”
-Foto: www.arrakis.es
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