martes, 29 de diciembre de 2009

CUMPLEAÑOS DE ZUMALACÁRREGUI


ALGUNAS ANÉCDOTAS DEL CARÁCTER DEL GRANDE ZUMALACÁRREGUI

Desde Jaén, cuna de uno de los mejores amigos que tuvo Zumalacárregui, el SANTO REINO TRADICIONALISTA se suma a la celebración del cumpleaños de nuestro General.

Tomás de Zumalacárregui, nacido el 29 de Diciembre de 1788, combatió a los invasores que seguían a Napoleón:

Combatió en el Sitio de Zaragoza, cuando todavía era estudiante, fue apresado por los napoléonicos y se evadió. Se unió al jefe de la guerrilla Jáuregui el Pastor. Al finalizar nuestra Guerra de Liberación Nacional de 1808 D. Tomás de Zumalacárregui era Capitán, y se reenganchó en el Ejército del Rey.

Era incapaz de adular, no sabía hacerlo -pues su naturaleza vasca, toda noble como el hierro de Vizcaya, le impedía ni una zalema. Era firme y grave con sus superiores y afable con los modestos y humildes. La mejor forma de no prosperar nunca en cualquier carrera mundana, la mejor forma para ser un Caudillo y un auténtico Hijo de Cristo. En 1814 era capitán. En 1822 seguía siendo capitán. Pero, aunque no ascendía en la escala militar, era un militar estudioso y vocacional.

La propaganda liberal, mentirosa y embustera, lo presentó como un guerrillero montaraz, inculto e ignorante. Pero, Zumalacárregui era todo lo contrario. Estudiaba sin descanso a los tratadistas de guerra.

Odiaba el engaño y la mentira, era sincero hasta la brusquedad. Modesto y sencillo, noble y leal, es el ejemplo más grande de su raza vasca. Con 900 infantes y 14 caballos, sin artillería, ni uniformes y apenas sin reales con qué pagar a sus tropas, tomó el mando del Ejército de Rey Carlos. Para salir de aquella situación tan precaria, hizo lo que muy pocos hombres serían capaces de hacer: rebajar la soldada a sus soldados. Por su fama de honrado, comunicó esta medida, explicando con total sinceridad lo que ocurría en las filas de la Legitimidad. Reunidos los 900 soldados, les dijo directamente que no podía pagarles 2 reales diarios, y tendría que pagarles 1. Y, dicho esto, tomó un fusil y se puso a explicarles su funcionamiento.

Ni una sola queja. Nadie de los allí presentes sugirió siquiera la idea de irse de allí, donde no podían pagar más. Desde ese día, los 900 hombres de Zumalacárregui sabían que aquel hombre no los engañaría jamás en la vida. Cuando supieron que la austeridad afectaba a todos -también a los oficiales y a los generales, incluido el mismo Zumalacárregui- aquellos hombres supieron que Zumalacárregui era su Jefe, el guerrero capaz de conducirlos a la Victoria.

En Dicastillo, cierto día, mientras caía la llovizna, llegó un Batallón y los soldados tuvieron que aguardar a ser alojados bajo el chirimiri. Arreció la lluvia. Con alboroto, los soldados se refugiaron en los soportales. Asomó Zumalacárregui al balcón de la casa en la que estaba instalado. Enfurecido, llamó al coronel. El coronel le comunicó que, al igual que sus soldados, él corría la misma suerte: se estaba mojando, pues el aposentador estaba cenando y no les había asignado los paraderos.

-¿Conque está cenando mientras los soldados semojan en la calle? -exclamó Zuma- Traedme inmediatamente a ese granuja.

Mandó llevar al aposentador a la plaza, donde había una fuente con un estanque a un lado. Lo hizo ponerse de rodillas, lo degradó y ordenó que le echaran encima dos cubos de agua delante de toda la tropa. Los soldados supieron que aquel Jefe era duro y justo como un Padre.

Combatió a los traidores liberales, enemigos de nuestras Libertad auténtica, en todo tiempo y lugar, venciéndolos y humillándolos como San Miguel Arcángel a Satanás. Y en el Sitio de Bilbao, de infeliz nombre, una aciaga bala lo hirió mortalmente mientras dirigía las operaciones.

Pero hoy es 29 de Diciembre de 2009. Muchos años después del día en que su madre lo trajo al mundo, para remedio de nuestros males mientras vivió. Y no lo queremos olvidar. Pues generaciones de carlistas lo han llorado, y nunca lo lloraremos bastante.

Zumalacárregui es de la raza de Viriato, de la raza de todos aquellos ibéricos que surgen en los peores momentos para la Patria, para ser Guías de los Leales.

TOMÁS DE ZUMALACÁRREGUI IMAZ

MUERTO EN ACTO DE SERVICIO POR

D. P. F. R.

(Por Dios, la Patria, los Fueros y el Rey)



Erregueren gortetan
hiri eta kampanetan
noruk ez du aditzen
Zumalaz mintztzen?

En castellano:

En la corte de los Reyes,
en las villas y los campos,
¿Hay alguno que no oiga
hablar de Zuma?

Hemos cantado algunos de sus hechos. Bendita sea su memoria. Dios se sirva darnos un General como él.

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