¿DEBERÁN ENMUDECER LAS CAPANAS DE LA CATEDRAL?
Un vecino de Jaén, -animado por algunos que odian a la Iglesia según otros- se ha empeñado en enmudecer el sonido de las campanas de la Catedral de Jaén.
El motivo alegado es el ruido que estas antañonas piezas de bronce hacen al sonar en sus repiques matinales. Le molestará mucho que los fieles vayan a misa, digo yo. Seguro que si de una mezquita con altavoces se tratase, este sujeto no diría ni “mu”, pero claro, la intolerancia religiosa la pagan estos laicos con los que ya sabemos, con los fáciles y sumisos católicos.
Los mítines y las ambulancias corren de día en día por la Plaza de Santa María, frente al Ayuntamiento y como no frente a la Catedral de Jaén. Pero a este vecino sólo le duelen los oídos cuando suenan las santas campanas.
Algunos maliciosos han creído ver en la demanda de este señor sólo un afán de dinero o notoriedad, otros, como decía más arriba, que era un conejillo de indias enviado por otros más listos que lo que odian es a la Iglesia, y la mejor forma de hacerle daño a la Iglesia es meterse con lo que ésta significa, atacar sus símbolos y a sus fieles, calumniar los ministros que la integran o caricaturizar al Papa de Roma, eso les vuelve locos a estos progres amigos de la paz.
Las campanas de la Catedral van a enmudecer si no se hace algo. Yo propondría cerrar los Ayuntamientos de nuestros pueblos y ciudades, pues en ellos hay mucho ruido. Yo propondría cerrar los hospitales y estaciones de bomberos, que el ruido de las sirenas de las ambulancias es espantoso. Los aeropuertos son una fatalidad, y total, para que se monten en aviones los progres, pues a cerrarlos, que hay mucho ruido por ahí suelto.
Los coches debe ir de uno en uno, y espaciados cada media hora uno de otro, pues dos juntos hacen ruido, y eso molesta a algunos señorones campanófobos. A fabricar letreros de “Silencio por favor” que de lo contrario este sujeto no dormirá a pierna suelta los domingos y fiestas de guardar. Abajo el ruido. Y las guerras, como las de Gila, por teléfono y en bajito, que el ruido es motivo de querellas y denuncias.
Un vecino de Jaén, -animado por algunos que odian a la Iglesia según otros- se ha empeñado en enmudecer el sonido de las campanas de la Catedral de Jaén.
El motivo alegado es el ruido que estas antañonas piezas de bronce hacen al sonar en sus repiques matinales. Le molestará mucho que los fieles vayan a misa, digo yo. Seguro que si de una mezquita con altavoces se tratase, este sujeto no diría ni “mu”, pero claro, la intolerancia religiosa la pagan estos laicos con los que ya sabemos, con los fáciles y sumisos católicos.
Los mítines y las ambulancias corren de día en día por la Plaza de Santa María, frente al Ayuntamiento y como no frente a la Catedral de Jaén. Pero a este vecino sólo le duelen los oídos cuando suenan las santas campanas.
Algunos maliciosos han creído ver en la demanda de este señor sólo un afán de dinero o notoriedad, otros, como decía más arriba, que era un conejillo de indias enviado por otros más listos que lo que odian es a la Iglesia, y la mejor forma de hacerle daño a la Iglesia es meterse con lo que ésta significa, atacar sus símbolos y a sus fieles, calumniar los ministros que la integran o caricaturizar al Papa de Roma, eso les vuelve locos a estos progres amigos de la paz.
Las campanas de la Catedral van a enmudecer si no se hace algo. Yo propondría cerrar los Ayuntamientos de nuestros pueblos y ciudades, pues en ellos hay mucho ruido. Yo propondría cerrar los hospitales y estaciones de bomberos, que el ruido de las sirenas de las ambulancias es espantoso. Los aeropuertos son una fatalidad, y total, para que se monten en aviones los progres, pues a cerrarlos, que hay mucho ruido por ahí suelto.
Los coches debe ir de uno en uno, y espaciados cada media hora uno de otro, pues dos juntos hacen ruido, y eso molesta a algunos señorones campanófobos. A fabricar letreros de “Silencio por favor” que de lo contrario este sujeto no dormirá a pierna suelta los domingos y fiestas de guardar. Abajo el ruido. Y las guerras, como las de Gila, por teléfono y en bajito, que el ruido es motivo de querellas y denuncias.
Si es que el cabildo catedralico es malo de solemnidad. ¡Mira que poner una catedral tan grande y bonita al lado de la casa de este señor!. Lo hacen para hacerle daño, para fastidiar, que ya nos conocemos y sabemos como son los curas de malos. Un día cogieron un par de piedras y antes de que este señor pudiera defenderse ¡zas! ya le habían plantado una catdral junto a su piso nuevo, y no contentos con ello, van y ponen campanas a las torres. ¡Qué desfachatez, con el ruido que eso hace!
¿Dije ruido? Perdón, quise decir campanas de Iglesias católicas, lo demás es tolerable
y no importa.
¿Dije ruido? Perdón, quise decir campanas de Iglesias católicas, lo demás es tolerable
y no importa.
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