jueves, 26 de noviembre de 2009

EL ARCO DE SAN LORENZO DE JAÉN

"Aspecto actual del ARco de San Lorenzo".

EL ARCO DE SAN LORENZO

El caminante que quiera disfrutar de los bellos rincones que ofrece Jaén como ciudad, no debe dejar de visitar el recoleto espacio que forma el llamado “Arco de San Lorenzo” ubicado en la conjunción de las calles Madre de Dios y Almendros Aguilar. Dicha estructura formaba parte antaño de la Parroquia de San Lorenzo o “San Llorente”, hoy ya desaparecida.


El nombre de San Llorente lo podemos ver escrito en la “Crónica del Condestable Iranzo”, donde le anónimo cronista la denomina "Llorente" o "Lorenzo" de forma indistinta, en varias ocasiones. Dicho arco pues, estaba unido, según se puede entender de la lectura de estas añejas obras, a la Iglesia de ese mismo nombre, la cual, como venimos apuntando, desapareció definitivamente del callejero capitalino en 1825. En el interior de dicho estructura, se puede contemplar hoy en día la capilla, según los historiadores entendidos en esta materia, aseguran que este monumento tan notable de cerámica mudéjar es el más importante que en España se encuentra en su género, motivo más que suficiente para venir a Jaén a visitarlo y comprobarlo con los ojos de uno. Además se puede leer en caracteres góticos la inscripción que reza: “Esta capilla de Jesús Nazareno es el hospital de la Madre de Dios


En su larga historia formando parte del templo anteriormente citado, vemos que este espacio sirvió, según cuentan las historias locales, para velar el cadáver de Fernando IV “el Emplazado”, también se bautizó en 1555 a Maximiliano de Austria, primo del emperador Caros I de España. Sus viejas piedras podrían contar innumerables historias de cada uno de los personajes que ha visto a lo largo de tantos y tantos años. “-¡si las piedras hablaran...!” que reza el aforismo popular, ¡ay, la de cosas que podrían contar!. Para otro día dejaremos las leyendas sobre sus "fantasmagóricos modradres"


En sus inmediaciones, como queda apuntado, se encontraba el Hospital de la Madre de Dios, fundado por D. Luis de Torres, hijo del Condestable D. Miguel Lucas de Iranzo y de la condesa Dª Teresa de Torres. Algo más sobre este artístico arco lo podemos leer en la obra del escritor José Chamorro Lozano, el cual dice: “ Se tiene noticia de que el Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, consiguió varias indulgencias para esta capilla. En le año 1611, el Cabildo de la Santa Iglesia Catedral, que era patrono del hospital, solicitó del Sumo Pontífice Paulo V, que se le agregase el caudal de la obra pía de niños expósitos que dejó el canónigo Diego de Valenzuela y que se convirtiese en casa de refugio para estos desamparados por la suma necesidad que había de ellos.” A renglón seguido, sigue el comentario de nuestro escritor comentándonos: “Luis de Torres era bondadoso y aunque su corazón tuvo algunos desvaríos en la corte de los Reyes Católicos, acabó sus días de religioso franciscano. La prueba de su natural bondad se manifestó en ocasión de las guerras sostenidas por el condestable contra los magnates rebeldes al rey don Enrique IV; los vecinos de las villas de Higuera de Calatrava, Porcuna y Torredonjimeno habían sufrido cierto robo y daño en los ganados que Luis Torres quiso resarcir, daño que fue tasado en diez mil maravedises. Los agraviados, con piadoso desprendimiento – o con orgullosa altanería, añadiremos nosotros- y de su propia voluntad, renunciaron a aquella suma a favor del Hospital de la Madre de Dios, a vista del rasgo justiciero del hijo del Condestable". De entre los blasones que dan testimonio de la importancia de este arco-capilla en la Historia, lo prueban las armas de León y Castilla, talladas en piedra y colocadas en el testero principal de la que fue sacristía de la iglesia parroquial, hay otros dos de ilustres blasones nobiliarios y en la clave del arco mismo, por ambas entradas de él, otro con la cruz de Calatrava -o de Alcántara- , pues no lleva el color que permitiría distinguirlas.

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