"[Los negros están] entre las cosas existentes por debajo del [nivel de un] ser humano y por encima del de un mono" -éste era el juicio que le merecía a Maimónides la raza negra. Sin embargo, el triculturalismo ha elevado a Maimónides a la condición de intocable exponente de la Córdoba [España] de las Tres Culturas. Como cristianos nos repugna este racismo de Maimónides tanto como las mentiras que propalan los triculturalistas. CONOZCAMOS A MAIMÓNIDES...
LA LEYENDA DE MAIMÓNIDES
Se dice que Maimónides es el mejor exponente del triculturalismo. La verdad es muy otra: es el mejor exponente de la intolerancia y el desprecio a lo diferente. Moshe ben Maimón (en hebreo) o Abú-Amram Musa ben Maimún ibn Abd Alá (según los árabes), pero conocido por Maimónides, fue un escritor judío que vivió en Al Andalus: nacido en la Córdoba musulmana en 1135, murió en El Cairo en 1204. Rabin judío por religión, filósofo andalusí por nacimiento, pertenecía a la comunidad humana y política enemiga de nuestros antepasados hispanocristianos, al Estado islámico que los invasores musulmanes fundaron en España. Cuando la invasión de los almorávides (1090), más fanáticos aún que los andalusíes, fue deportado a Marruecos y residió en Fez. Perseguido allí también por aquellos fanáticos defensores de la pureza de la fe islámica, se vió obligado a marchar al Egipto de los fatimitas (ss. XI y XII); instalado en El Cairo, ejerció como médico del sultán Saladino y como jefe de los judíos del país. Cuando murió en Egipto, no pidió ser enterrado en Córdoba ni en otro lugar de España, sino en Jerusalén, que es donde sus restos reposan desde entonces.
Se le considera el rabino más célebre de la Edad Media, y poseyó grandes conocimientos en las culturas judaica y árabe, y en filosofía griega. También conocía en profundidad la medicina, matemáticas, astronomía, etc., de la época. Entre sus obras más conocidas hay que citar Mishné Torah ("Repetición de la Ley"): escrita en hebreo, es un compendio de las materias religiosas y jurídicas de la ley judía; Siraj ("Dilucidación"): escrito en árabe, es un comentario a la Mishnah judía; Dalalat al Haïrin ("Guía de perplejos"): también en árabe, es una explicación filosófica del judaísmo. Ésta es su obra más importante: con el fin de demostrar la superioridad del judaísmo sobre el cristianismo y el islamismo, hace una conciliación de la Biblia con las verdades racionales. Apologético, más que proselitista, refleja Maimónides en ella sus doctrinas filosóficas. En realidad, su Filosofía no es la de un genio, no es original, pero tiene gran importancia: siguiendo a Aristóteles, enseña a los judíos la filosofía griega, iniciándoles en la ciencia y la filosofía de griegos y árabes (los filósofos árabes tomaron la de los griegos). Ésa fue su influencia, y la de la "universidad" de Córdoba, en la cultura de la Europa crstiana: en las obras de Maimónides y, sobre todo, Averroes volvieron a encontrar los cristianos la filosofía griega aristotélica, que pasaría a la escolástica a través de los escritos y trabajos de San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino.
Durante el año 1985 se hicieron en España multitud de actos culturales en su nombre. Su vida y su obra fueron objeto de estudios, coloquios y conferencias, dentro del marco propagandístico de lo que se empezó a llamar en aquel momento la "España de las Tres Culturas". La figura de Maimónides fue elogiada como la de "un pensador ecuménico y de inagotable riqueza"; pero, ¿realmente era ecuménico, y tricultural, o era un rabino muy judío, fiel servidor de su religión, pero que vivía en un mundo cultural musulmán y jamás tuvo contacto alguno con cristianos. Esto levantó entonces una polémica que apareció en los periódicos españoles de la época; adviértase que estamos hablando de 1985, pues hoy no se habrían publicado esas opiniones y sus autores habrían sido objeto de campañas e insultos: en el mejor de los casos, se les hubiese llamado "fascistas".
En este sentido, fueron particularmente significativos dos escritos aparecidos en EL PAÍS. El primero, una crónica del señor Funcia, en la línea laudatoria. El contrapunto lo puso el señor Quintín Banderas, quien escribió desde Florida diciendo que Maimónides era "un perfecto máncer*... abrasado de un odio implacable contra cristianos, moros y otros gentiles"; este señor hacía referencia especialmente a los negros, pues acerca de su nivel cultural y categoría humana decía Maimónides que se hallaban "entre las cosas existentes por debajo del (nivel) del hombre y por encima del de un mono".
En realidad, la importancia de Maimónides es grande para los judíos, pues como defensor del judaísmo fue un autor prestigioso e inteligente, que supo acomodar la Toráh judía a la filosofía griega, sin traicionar la esencia religiosa hebrea. Por el contrario, su influjo en la cultura española u occidental es escaso, pues su papel fue sólo el de transmisor; y ni siquiera en ésto fué único, pues Averroes fue más decisivo en extender y propagar la filosofía aristotélica. Por lo tanto, su figura, su obra y su trascendencia en el mundo cultural español han sido sobrevaloradas por los autores judíos: la importancia de Maimónides para los andalusíes fue escasa, pues tuvo que abandonar la península como enemigo del Islam (y del Estado islámico) ante la intransigencia de los almorávides en Al Andalus; para los españoles de los reinos cristianos, la trascendencia de Maimónides fue nula: en el siglo XII no le conocieron, y en el siglo XIII tradujeron en Toledo sólo la parte de su obra que se refería a la filosofía aristotélica, al igual que se hizo con Averroes y otros.
Por el contrario, el que sí fue decisivo para España (y para todo el occidente) fue el Aquinate, quien trastocó la filosofía escolástica, antes basada en el platonismo, y la configuró definitivamente en la línea aristotélica: como ya es sabido, la filosofía aristotélico-tomista se mantuvo en la escolástica durante casi seiscientos años, a pesar de que el Renacimiento, la revolución copernicana de Galileo y el racionalismo de Descartes acabaron desbancando a la filosofía griega.
Siendo ésta la verdad histórica y la realidad objetiva, ¿por qué en Córdoba, donde se erigió a Maimónides un monumento o estatua en 1964, no hay ninguno de Averroes (tan importante como él, cordobés, andalusí, perseguido y filósofo como él) ni de Santo Tomás de Aquino (más importante que Maimónides para la cultura occidental de España y Europa)?*
Autor: José L. Martínez Sanz
NOTAS:
*Mánzer: del latín "manzer, -eris" y, a su vez, del hebreo "mamzer"... Bastardo.
*Al filósofo Averroes no le falta una estatua en Córdoba, como dice el autor del texto; pues en la calle Cairuán se alza una estatua sedente del filósofo musulmán, obra del escultor madrileño Pablo Yusti, erigida en 1967. De Santo Tomás de Aquino creemos que no existen ninguna estatua, y si nos equivocamos que nos corrijan los lectores cordobeses que tengamos.
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