miércoles, 14 de octubre de 2009

BARTOLOMÉ XIMÉNEZ PATÓN




BARTOLOMÉ XIMÉNEZ PATÓN

Cuenta Jaén con obras interesantísimas realizadas por historiadores de gran prestigio y conocimiento, los cuales desde antiguo fueron compilando su saber en sus mamotretos y manuscritos, dejándonos así un precioso legado patrimonial, el cual constituye a día de hoy, el recuerdo de nuestro fabuloso pasado histórico, así como las semblanzas heroicas de algunos de los personajes más influyentes en aquellas épocas que tanto contribuyeron a forjar ese pasado glorioso. Me vienen a la memoria las obras de Argote de Molina, Ximena Jurado, Rus Puerta, Juan Lendínez, Alejandro del Barco, Caballero Venzalá..., y un largo etc, que sería prolijo el reproducir.



Uno de esos valiosos historiadores que tanto escribió sobre Jaén, es sin duda Ximénez Patón, el cual en el año 1628 editó el libro que lleva por título “Historia de la Antigua, y Continuada Nobleza de la Ciudad de Jaén muy famosa, muy noble y muy leal, guarda y defendimiento de los Reynos de España. Y de algunos Varones famosos, hijos de ella”. El ejemplar está dedicado a la Ilustrísimo Señor Don Alonso de la Cueva, “Primer Marqués de Vedmar, Cardenal de la Santa Yglesia de Roma” y fue impreso en Jaén por el maestro impresor “Pedro de la Cuesta”.



A lo largo de las páginas de ese libro, Bartolomé Ximénez Patón, va desgranando la historia de Jaén y sus pueblos, así como la de algunos de los linajes más famosos de esta noble ciudad. Podemos leer en sus páginas historias y sucesos de caballeros tan renombrados como la de los: “Marqueses de la Guardia”, los “Marqueses de Xodar”, de la “Casa y apellido de Bailén”, de los “Marqueses de Camaraça”, de los “Condes de Alcaudete”, de los de “Javalquinto”, del apellido “Quesada” y sus bravos capitanes o de los “Fernando de Torres y Portugal”, por citar solo unos cuantos.



En el castellano antiguo de la época, Ximénez Patón nos va ilustrando las hazañas de cada uno de ellos, dándose el caso de que a muchos de ellos, este Secretario del Santo Oficio, llegó a conocer en persona, como es el caso del “Licenciado don Pedro Ordóñez de Ceballos”, Canónigo de la Santa Iglesia de Astorga y "Chantre de la de Guamanga” al que según parece, nuestro escritor conocía tan bien que no sólo este último le dedica en su propio libro una carta laudatoria, sino que según información del historiador D. José Ortega y Sagrista, al parecer fue el propio Ximénez Patón, quien “revisó los textos y documentos del propio Cevallos, llegándose a decir que es el coautor del ejemplar que nos ocupa”, ya que por esas fechas estaba D. Pedro enfermo y achacoso debido a las vicisitudes de su ajetreada existencia.



Bartolomé Ximénez Patón nace en Almedina el 15 de agosto de 1569, hijo de D. Bartolomé Ximénez y de Dª Apolonia Hernández Monsalve y su vida transcurrirá entre las localidades de Jaén y Villanueva de los Infantes, en C. Real. En esa localidad manchega, -lugar del deceso del insigne poeta D. Francisco de Quevedo-, le nacerán dos hijos, que llevan por nombre Alonso y Félix, y que serán bautizados en la parroquia de San Andrés Apóstol de dicha localidad. Según cuenta D. José F. Valle Muñoz, cronista que fue de Villanueva de los Infantes, estos vástagos abandonarán el apellido Ximénez para utilizar exclusivamente el de Patón. También nos dice el villanovense en su obra, que “en el archivo municipal [de Villanueva de los Infantes] se nos dice que Don Bartolomé fue contratado el 16 de agosto de 1600 para enseñar gramática en el Colegio Menor (Casa de los Estudios)”. Ximénez Patón abandonaría este valle de lágrimas un 3 de abril de 1640, contando a la sazón 71 años de edad y después de llevar una vida fructífera en lo literario.



Sea como fuere es necesario que Bartolomé Ximénez Patón sea recordado en la capital del Santo Reino. Si nadie lo hace, nosotros si lo haremos, pues es de agradecidos ser generoso con aquellos que tanto nos legaron.

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